Se ha hablado de una conquista ideológica más allá de una conquista militar, aplastar a Quetzalcoatl, Tlaloc, Hutzilopochtli con la mano rigida de un solo Dios, su santo espiritú y su hijo Jesús.
Convencer a toda una nación de que que lo que han creído en los últimos siglos es más bien una poesía en el olvido, una idea errónea de la existencia de un solo ser supremo no es tarea fácil, y alguien debió de hacer el trabajo sucio. Dicho trabajo no consistio de arrancar a sablazos brazos y cabezas de gente inocente sino de arrancar del alma la cultura y las creencias de gente inocente. Para esto se enviaron a 12 frailes franciscanos de clero regular.


Desde la Madre Patria traían los planos ocultos en las medallas de San Benito, inspirados los edificios en su trazo por esta medalla y por los monasterios europeos. El hecho de hacer un edificio que en su trama recuerda un símbolo católico importante permite empezar a generar una nieva arquitectura en México que se hará completamente religiosa.
La llegada a américa por parte de los frailes y los primeros conventos y templos americanos son el primer contacto de la universalidad (pero pluralidad) que hoy vivimos en el mundo. Tener un edificio con características españolas mezcladas con un lenguaje y entendimiento ex-mexica hace que la arquitectura mexicana sea rica culturalmente.
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